Hola, ¿Cómo se encuentran? Espero que muy bien, yo el día de hoy he estado muy pensativa (como lo suelo estar) debido a que desde hace ya 2 semanas no tengo casi nada que hacer (porque salí del colegio), aunque estoy un poco, o bueno, súper emocionada porque el viernes es mi graduación y se siente una satisfacción interior muy agradable. Bueno no me extiendo más, aquí les traigo una nueva entrada llena de muchos sentimientos.
Llena de nostalgia ver como algo que parecía estar muy lejos, ahora está tan cerca... Así son los sueños o metas, como lo deseen llamar, son una ilusión que día a día crece sin alguna proporción, pero que de igual manera se desvanecen. No los quiero invitar a que luchen a muerte por cumplir una meta, pero que si se esmeren por hacerla realidad, que ya cuando digas que "es imposible" sientas que ya has tocado todas las puertas para poder hacerlo. Cada mañana al despertarnos, nos creamos algún propósito que cumpliremos en el desarrollo de ese día y la cumplimos, y sentimos una muy agradable satisfacción por haberla cumplido, porque aquí es en donde vemos de lo que somos capaces y nos superamos a nosotros mismos.
Aunque, la historia cambia cuando no podemos cumplir nuestra meta, cuando vemos ese sueño casi imposible (o imposible) de cumplir, y nos sentimos frustrados, que nos hemos fallado a nosotros mismos y que en algunas ocasiones llegamos al momento cumbre en el que lloramos.
En cualquier situación en la que estemos, no debemos dejar que el sentimiento tome total control de nosotros. Sí, llora todo lo que quieras y desahógate, pero ya es hora de idear una nueva meta.
Llena de nostalgia ver como algo que parecía estar muy lejos, ahora está tan cerca... Así son los sueños o metas, como lo deseen llamar, son una ilusión que día a día crece sin alguna proporción, pero que de igual manera se desvanecen. No los quiero invitar a que luchen a muerte por cumplir una meta, pero que si se esmeren por hacerla realidad, que ya cuando digas que "es imposible" sientas que ya has tocado todas las puertas para poder hacerlo. Cada mañana al despertarnos, nos creamos algún propósito que cumpliremos en el desarrollo de ese día y la cumplimos, y sentimos una muy agradable satisfacción por haberla cumplido, porque aquí es en donde vemos de lo que somos capaces y nos superamos a nosotros mismos.
Aunque, la historia cambia cuando no podemos cumplir nuestra meta, cuando vemos ese sueño casi imposible (o imposible) de cumplir, y nos sentimos frustrados, que nos hemos fallado a nosotros mismos y que en algunas ocasiones llegamos al momento cumbre en el que lloramos.
En cualquier situación en la que estemos, no debemos dejar que el sentimiento tome total control de nosotros. Sí, llora todo lo que quieras y desahógate, pero ya es hora de idear una nueva meta.
María Fernanda
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